Fue un partido único para el argentino. Se trató de la gran victoria de su vida. El triunfo que logró Diego Schwartzman frente a Rafael Nadal en los cuartos de final del Masters 1000 de Roma fue elegido este viernes por la ATP como la tercera mayor sorpresa de este particular año.
El 6-2 y 7-5 será siempre recordado por Schwartzman, quien finalmente se dio el gusto de ganarle a uno de los más grandes de la historia. Y el plus de su épico éxito sobre Nadal fue que lo consiguió en arcilla, la superficie favorita de ambos, en especial del español, quien después llegó al récord de 13 títulos en el clay de Roland Garros, donde se desquitó del sudamericano en semifinales.![]()
Gran golpe: Schwartzman eliminó a Nadal en cuartos de final de Roma. Getty Images
Nadal había ganado sus primeros nueve enfrentamientos contra Schwartzman y cediendo solo dos sets. El argentino sabía que tendría que hacer un esfuerzo superlativo para derrocar al nueve veces campeón en el Foro Itálico, lo que finalmente logró en ese tradicional certamen.
"Seguro que es mi mejor partido", dijo Schwartzman. "Jugué unas cuantas veces contra los tres grandes campeones del tenis. Nunca los vencí hasta hoy. Estoy muy feliz", remarcó ese día histórico.
Como Goliat, Nadal es un gigante en la cancha. Ese es especialmente el caso en arcilla, donde el español intimida a los oponentes con su fuerte golpe de derecha con efecto liftado. Pero David (en este caso, Diego) se enfrentó al gigante. Schwartzman se mantuvo firme en la línea de fondo e intercambió golpe por golpe con el legendario zurdo en condiciones difíciles.
En lugar de que Nadal lo empujara con la derecha, fue él quien se apartó de la línea de fondo. Los rallies cruzados, que enfrentaban el golpe de derecha de Nadal contra el revés de Schwartzman, recordaron algunos de los enfrentamientos de Rafa contra el serbio Novak Djokovic.
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Siempre que Nadal intentaba cambiar las cosas y jugar al gato y al ratón, Diego tenía una respuesta. "Fue una locura. El tenis es una locura. Nuestro desempeño siempre es una locura. Las últimas tres semanas fueron realmente malas para mí", dijo Schwartzman en la cancha después de su victoria. "Hoy jugué mi mejor tenis", repitió.
"¡Si!" Schwartzman gritó. David había matado a Goliat. Después sumó otra victoria y se metió por vez primera en una final de Mastes 1000. Acto seguido, en París, accedió por primera ocasión en su carrera a una semifinal de Grand Slam, aunque Nadal lo privó de más en el Abierto de Francia.
Pero aquel día en Roma, sin importar lo ocurrido antes y después, quedará siempre grabado a fuego en la memoria del argentino, instalado en el Top 10 de la ATP.
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